Cuando se tiene un negocio, no solamente hay que pensar en que los productos o servicios que se ofrezcan sean de calidad, sino que también hay que pensar en que las personas que tratarán a los clientes o aliados comerciales, les generen con su presencia, la confianza necesaria para elegir a nuestro negocio y para quedarse con él a medida que pase el tiempo.
Por ello es fundamental que las personas que conforman la plantilla del negocio, tengan una imagen no solamente acorde con su puesto laboral, sino que le genere al público, ganas de quedarse y confiar en que ellos sabrán resolver sus dudas y tratarlos amablemente, que es uno de los factores por las que un cliente elige una marca o producto, la forma en la que es tratado.
Para hablar a profundidad de este tema, Clat Gestión de Ropa Laboral, especialistas en cuidado y lavado de ropa de trabajo de diferentes rubros, no guía desde su experiencia en el área, sobre todo lo que debemos saber para que nuestro negocio le genere una sensación de confianza y tranquilidad a los clientes o posibles aliados comerciales.
La importancia de la imagen en el ámbito laboral
A la hora de trabajar, la primera impresión es crucial para muchos aspectos en el futuro. La imagen personal es algo más que la apariencia, es un conjunto de aspectos que dicen mucho las personas y por supuesto, de los empleados: la higiene, la ropa, el perfume, la forma de maquillarte en el caso de las mujeres, el pelo, la manera de sentarte, de hablar, todo esto está dando un mensaje, todo comunica aunque por línea general, los individuos no sean muy conscientes de esto. Hay muchos atributos que contribuyen a la formación de la imagen personal, incluyendo la actitud, el comportamiento, el tono y volumen de la voz, los gestos y la sonrisa o la ausencia de ella durante las jornadas laborales.
Teniendo esto en cuenta, hay que considerar que la imagen que se proyecta, también depende mucho del puesto laboral de cada persona. No es la misma imagen la que proyecta un empleado de almacén dentro de la compañía, que la que proyecta el abogado.
¿Qué significa esto? Pues que cada uno debe proyectar la mejor imagen de sí mismo de acuerdo al lugar donde se desenvuelva, pues si tomamos el ejemplo anterior, un empleado de almacén no podrá cumplir con sus funciones de forma cómoda y efectiva usando un traje y corbata, y en el sentido contrario, un abogado no será tomado en serio si llega a una reunión con un uniforme de seguridad.
Ahora bien, lo ideal es que las compañías cuenten con una identidad corporativa que permita la unificación de los criterios de vestimenta para sus empleados, de esta forma no solo se muestra una organización y un pensamiento globalizado al cliente, sino que este ve el compromiso de la empresa y sus empleados por ganarse la confianza de los clientes.
Los uniformes laborales son una forma de unificación de la imagen, sin embargo y como mencionamos antes, los uniformes deben adaptarse a las funciones y necesidades de cada empleado y de cada puesto de trabajo, así como habrá empleados de la compañía que no deban usarlos pues su puesto exige una imagen diferente. Tomando esto en consideración y cómo línea general, toda la plantilla de empleados, sin distinción de puesto laboral, debe mostrar una buena imagen, pues indiscutiblemente, ellos son la cara principal de la compañía.
La imagen personal en los ambientes laborales
Como mencionamos antes, si hablamos de imagen personal, se engloban muchos aspectos que no tienen únicamente que ver con la ropa que lucimos, ya sea la personal o el uniforme laboral. Por ello, es fundamental que entendamos que esos otros aspectos, también son percibidos por el cliente.
A continuación, compartiremos una lista de consejos que deben tomarse en cuenta a la hora de trabajar en ganarse la confianza de los clientes o aliados comerciales, que también forman parte de la imagen que se proyecta como individuo y como parte de una compañía.
- Mantener siempre los buenos modales: es fundamental ser amable, educado y profesional con el fin de potenciar las relaciones interpersonales con los clientes o aliados comerciales, aún si esta comunicación se da mediante canales electrónicos.
- Palabras claves para una buena comunicación: Por tonto que parezca, utilizar el “por favor” y “gracias”, constantemente es fundamental para que el cliente confíe en nuestro negocio
- Cuidar el lenguaje escrito: es necesario evitar las faltas de ortografía y la redacción. La forma en la que nos comunicamos con clientes y aliados comerciales, no es la misma con la que nos comunicamos con los miembros de nuestra familia, por ello es necesario el correcto uso de las mayúsculas, acentuación, uso de los signos de puntuación y utilizar un lenguaje profesional y respetuoso.
- Rapidez a la hora de contestar (sean llamadas, correos electrónicos o mensajes en redes sociales): A ningún cliente le gusta sentir que no es tomado en cuenta, por ello, es muy importante que obtenga una respuesta de parte de nuestro negocio en un lapso menor a 24 horas.
- El vestuario: Es importante saber elegirlo acorde a la agenda. Sin embargo, es necesario mantener una línea formal, aún en los días que se permite elegir ropas más informales, esto en relación a los puestos de trabajo que requieran utilizar ropa diferente al uniforme laboral.
- La higiene personal y del vestuario: Por muy tonto que parezca, cuidar la higiene es fundamental para proyectar una buena imagen, los clientes se sentirán más cómodos y mejor atendidos cuando una persona con una buena higiene se hace cargo de sus solicitudes.
¿Cómo cuidar los uniformes laborales para dar una mejor imagen?
En puntos anteriores, hemos hablado del uniforme laboral como una manera de unificar los criterios de vestimenta entre los empleados, creando así una sensación de unidad y de pertenencia de parte de la plantilla, así como también una forma de hacerle saber al cliente quienes conforman el negocio, en este particular, es importante también el mantenimiento y cuidado del uniforme, pues de nada sirve tener uno que esté descuidado y en malas condiciones, ya que no ayudará en nada a la imagen que se busca proyectar.
Pensando en ellos, compartiremos a continuación, algunos consejos útiles a la hora de cuidar el uniforme laboral:
- No mezclar los uniformes de trabajo con la ropa de familia ya que los primeros pueden estar sucios o impregnados con sustancias específicas propias del puesto laboral, que no deben mezclarse con las demás, pues pueden producir alergias o irritaciones en la piel.
- Dejar en remojo el uniforme laboral un tiempo antes de empezar el ciclo de lavado para ir reduciendo la suciedad y lograr eliminar las manchas más fácilmente. Utilizar un buen quitamanchas para removerlas es una gran alternativa.
- Tratar con especial atención las prendas blancas, tanto en su uso, como en su cuidado a la hora del lavado, ya que están predispuestas a las manchas con más facilidad en comparación con prendas de otros colores, además al estar vinculadas a profesiones que buscan transmitir valores de limpieza, higiene y transparencia, estas piezas deben cumplir con esas premisas para que el efecto ante el cliente, sea el deseado.
- Evitar el uso de agua caliente a la hora de lavar los uniformes de trabajo, ya que esta ayuda a fijar más la manchas; lo indicado es empezar con agua fría y terminar con su contraparte.
- Usar con cuidado los productos blanqueadores, pues por tratarse de un líquido tóxico tiende a dañar las prendas y puede causar alergias en la piel. Para el remojo de la ropa blanca puede utilizarse bicarbonato de sodio diluido en agua o en su defecto, utilizar las cantidades indicadas de productos, pero realizar el ciclo de enjuague dos veces, para garantizar que se hayan eliminado los residuos efectivamente.
Como se puede ver, el cuidado de los uniformes laborales no requiere de una extrema atención, ni de características que lo diferencian demasiado del lavado y cuidado de la ropa cotidiana, sin embargo, por ser la imagen que se proyecta en el lugar de trabajo, lo ideal es siempre mantenerlo impecable y cuidado.
Es indiscutible que tener una buena imagen personal y una buena imagen corporativa, le da la sensación al cliente de que eligiendo nuestro negocio, podrá confiar en que recibirá un servicio de calidad, por ello es tan importante darle a la imagen un puesto prioritario a la hora de ir ensamblando las piezas necesarias para que nuestro negocio vaya creciendo.
Y ese crecimiento vendrá de la mano de la relación que se cree con los clientes y aliados comerciales, no solamente desde la dirección de la empresa, sino de todos los miembros del equipo humano que la conformen, por ello, todos deben mostrar la mejor versión de sí mismos, con su comportamiento, su forma de comunicarse y tratar no solamente con los clientes sino con todo el personal de la plantilla, su imagen personal, sus valores como individuo que deben sumarse a los valores fundamentales de la empresa.