Asociamos la arquitectura a diseñar edificios. Dibujar planos y estructuras con la finalidad de convertirse en edificios, viviendas e infraestructuras. En cierto modo, es así. La función de un arquitecto o arquitecta, pasa por el diseño de esos edificios, aunque en realidad, va mucho más allá. A la hora de ejecutar cualquier proyecto de obras, es indispensable, contar con un buen arquitecto o equipo de arquitectura. Si se trata de montar un negocio, también es necesario que un profesional del gremio, ayude a gestionar y tramitar la licencia de apertura.
A estas actividades, se pueden añadir otras, por lo que vamos a destinar este artículo a conocer un poco más, en que consiste un servicio relacionado con la arquitectura. Así como la importancia que estos profesionales, tienen en nuestra sociedad. Siendo como es, una de las disciplinas más antiguas y fundamentales dentro de la evolución de las diferentes sociedades humanas, no es de extrañar la relevancia que poseen. Desde las pirámides de Egipto hasta los más modernos e imposibles rascacielos, los arquitectos, desempeñan un papel esencial, a la hora de crear espacios habitables, funcionales e impresionantes.
Para conocer las funciones y saber con mayor precisión que es un arquitecto o arquitecta, hemos acudido a nuestras las profesionales del sector de Mar Studio, arquitectas con una dilatada experiencia. Según nos dicen, un arquitecto, o arquitecta, es un profesional especializado en el diseño, la planificación y supervisión de la construcción de edificios y todo tipo de estructuras. Combina elementos de arte y ciencia, de forma elocuente, con objeto de crear espacios tan estéticamente agradables, como funcionales y seguros. Estos profesionales, trabajan en una amplia variedad de proyectos de tal diversidad que va desde la vivienda residencial, hasta el desarrollo de grandes espacios comerciales y públicos.
El origen del arquitecto y su función en la sociedad
El término arquitecto tiene sus orígenes en el griego. Ya entonces y, mucho antes, existían estos profesionales. Del griego “archi-“, que significa jefe o principal, y “tekton” que significa constructor, deriva la palabra arquitecto. Literalmente constructor principal. Este rol, conlleva una gran responsabilidad (como la de un superpoder), puesto que los arquitectos, tienen que asegurar y asegurarse, de que sus diseños, cumplen la normativa legal y de seguridad, además de ser estructuralmente sólidos.
En la sociedad actual, estos profesionales, siguen teniendo un impacto significativo, siempre a través de sus diseños, mediante los cuales, crean los espacios en los que vivimos, disfrutamos o trabajamos. Las decisiones que tomen, pueden influir sobremanera en el medio ambiente, la economía y la calidad de vida de las personas. Por lo tanto, un buen diseño arquitectónico, resulta esencial. Puede mejorar la eficiencia energética de un edificio, reducir el impacto medioambiental y crear un entorno mucho más saludable y confortable.
Dentro de las funciones que desempeña un arquitecto, encontramos una diversidad a lo largo de todo el ciclo vital de un proyecto. Desde la conceptualización del proyecto en cuestión, hasta la entrega final pasando por un sinfín de actuaciones.
El diseño conceptual del proyecto, consiste en crear los bocetos y modelos preliminares, capaces de capturar la idea y requisitos del cliente. A partir de ahí, sigue con el desarrollo del diseño que, no es otra cosa que refinar los diseños preliminares, con la finalidad de prepararlos para la fase de construcción.
Además de estas cuestiones más prácticas, debe preparar los planos detallados y con las especificaciones técnicas necesarias para llevar a cabo la construcción. Durante la misma, el arquitecto, se ocupará de supervisar el progreso de la obra, con objeto de asegurar que se construye en función de las especificaciones y estándares de calidad oportunos.
La gestión del proyecto es otra de sus funciones. Coordinarse con otros profesionales y gestionar aspectos como el presupuesto disponible o el cronograma del proyecto, son tareas que debe realizar.
Si nos ceñimos a los roles específicos que juegan los arquitectos en los proyectos de construcción, diremos que su papel es clave en varias de las etapas que componen el proceso. De entrada, trabajan con el cliente para definir con precisión el alcance del proyecto y comprender sus necesidades. Con esta información, desarrollan el diseño que debe cumplir con los requisitos pactados, considerando algunos factores como la funcionalidad, la estética y el presupuesto.
A lo largo de la ejecución de la construcción, los arquitectos se encargan de supervisar el progreso y resolver los problemas que puedan surgir, para asegurar que el proyecto se completa dentro del tiempo y el presupuesto estipulado.
Un proceso de gran envergadura
No directamente en relación con el tamaño del proyecto en cuestión, sino con lo que abarca. Un proceso de diseño arquitectónico es, según los mismos arquitectos confiesan, un arte y una ciencia. Se inicia con una fase de investigación y análisis en la cual, el profesional, estudia el sitio en el que se va a llevar cabo el proyecto, las condiciones ambientales y los requisitos y propósitos del cliente. A partir de la información recabada, se desarrollan, como ya hemos comentado, los conceptos iniciales a refinar con posterioridad, a través de una serie de interacciones. Los arquitectos utilizan como herramientas las maquetas, el dibujo y el software de ordenador más actualizado para visualizar y mostrar sus ideas.
Supervisar la ejecución de la construcción es una tarea clave y esencial que debe realizar el arquitecto. De hecho es una de las más importantes, puesto que la responsabilidad de que todo salga bien, recae sobre su figura. Esto implica visitar la obra de forma regular. Con la supervisión de la obra, se supervisa el progreso y se garantiza el cumplimiento de lo estipulado en los planos y las especificaciones. Al mismo tiempo, durante la supervisión, se resuelven los problemas que puedan surgir. Una supervisión efectiva, es sinónimo de garantía y de que el proyecto se está ejecutando según lo planeado y cumple con los estándares de calidad y seguridad propuestos.
Otro aspecto esencial que un buen arquitecto debe cuidar, es la relación con el cliente. Este punto es fundamental para que el proyecto sea exitoso. Desde el principio de la relación, los arquitectos, deben colaborar con los clientes para poder entender las necesidades y expectativas de los mismos. Este proceso paralelo, incluye reunirse de forma regular, presentar el diseño y los ajustes que se vayan realizando y se basan en la retroalimentación que producen esas reuniones. Por lo tanto, la comunicación, debe ser clara y efectiva para asegurar que el proyecto, cumpla con las expectativas del cliente.
En el ámbito de la construcción de edificios, el arquitecto es el responsable de crear el diseño adecuado que, debe ser funcional y estéticamente atractivo. Lo que implica tener en consideración algunos factores como las estructura, los materiales a utilizar, la eficiencia energética y el cumplimiento de la normativa correspondiente. Un buen arquitecto debe saber equilibrar todos estos aspectos para crear edificios tan estéticos como prácticos y sostenibles.
Esto nos lleva al diseño de edificios como parte de ese arte y ciencia que es la arquitectura. El diseño de los mismos, combina la creatividad del arte, con la necesaria precisión que concede la ciencia. No se trata de construir al tun tun, hay que ser creativos y saber mucho de construcción para que el arte, sea seguro. Esta dualidad tan presente en la arquitectura, hace que se trate de una profesión única, desafiante y de gran relevancia para la sociedad.
Seleccionar los materiales de construcción más adecuados es, por igual, una de esas decisiones cruciales en el desarrollo de un proceso arquitectónico. Los arquitectos deben elegir los materiales adecuados para su finalidad, duraderos y que cumplan los estándares de calidad, seguridad y sostenibilidad necesarios. Considera el coste y disponibilidad de los mismos o el impacto medioambiental, es tarea del arquitecto.
Del mismo modo, gestionar los presupuestos y asegurarse de que el avance de la construcción se hace conforme al presupuesto total, dentro de los plazos establecidos es una tarea esencial. Implica negociar con contratistas y buscar las soluciones más económicas. Así como se hacen cargo de gestionar y obtener todo tipo de permisos y licencias necesarios para poder construir un edificio o estructura. Este proceso paralelo, puede ser complejo en función de la ubicación y finalidad del proyecto, por lo que es fundamental que se realice por un profesional.
De todo esto, podemos deducir que la arquitectura es indispensable a nivel social, por lo que contar con un buen servicio de arquitectura, a la hora de llevar a cabo un proyecto, sea de la índole o envergadura que sea, es crucial. La arquitectura, no afecta de forma exclusiva a quienes utilizan los edificios y construcciones desarrollados. Afecta a la comunidad en general. Un diseño arquitectónico, puede marcar la diferencia e influir en la cohesión social, la seguridad o el bienestar de una comunidad. Por ejemplo, un buen diseño urbano, fomenta la interacción social y reduce los índices de criminalidad, en tanto que un diseño deficiente, conlleva una serie de efectos negativos.
En resumidas cuentas, los arquitectos deben tener muy presente el impacto social y ambiental de sus proyectos y trabajar en consecuencia. Por lo que resulta inevitable e indispensable contar con los mejores profesionales en cada momento y para cada proyecto, sea del tipo que sea.