Quién la ha visitado lo sabe. Las Palmas de Gran Canaria es como una ciudad colonial caribeña, pero frente a las costas de África y con bandera española. Una ciudad hermana de La Habana, Santo Domingo y Cartagena de Indias. Gran Canaria ha embrujado a escritores y directores de cine, y hoy en día es un destino elegido por muchos, no para visitarlo de vacaciones, sino para quedarse a vivir.
Para los canarios, Gran Canaria es la isla más peninsular. La que más contacto ha tenido siempre con la España continental. Eso se nota en su carácter abierto y hospitalario. Es la isla más cosmopolita. Aparte de que el área metropolitana de Las Palmas es la zona con mayor densidad demográfica del archipiélago, también es donde más ciudadanos de otras partes del mundo residen.
Gran Canaria es un punto de encuentro entre Europa, América y África. Desde que se fundó Las Palmas en 1478, es uno de los puertos más importantes del país. En él hacían escala los barcos que partían hacia América, pero también los barcos americanos que iban a España. En la isla hay una importante colonia de venezolanos y de otros países sudamericanos.
El desarrollo de las comunicaciones y de la tecnología ha posibilitado que algunos peninsulares se queden a vivir allí. Llegar desde el aeropuerto de Gran Canaria al de Madrid – Barajas en apenas dos horas, el teletrabajo y el desarrollo de internet ha eliminado cualquier barrera que impedía que un peninsular viviera en Gran Canaria, aunque tuviera responsabilidades en el continente.
Ascensión, una funcionaria jubilada de Murcia, alquiló, la pasada semana santa, un piso en la playa de Más Palomas a través de Nordicway, una inmobiliaria que opera en la isla y trabaja por internet. Se quedó tan encantada que está planteándose irse a vivir a Las Palmas. Y es que Gran Canaria ha dejado muchos corazones rotos por el camino.
Cuando John Huston descubrió Las Palmas.
La película “Mobby Dick” se rodó en las navidades de 1954 frente al puerto de Las Palmas de Gran Canaria. El rodaje de las escenas finales, según cuenta el blog «Mi playa de las Canteras», movilizó a más de 100 personas, entre canarios, ingleses y algún técnico, que se trajeron de la península.
El director norteamericano John Huston estaba a punto de tirar la toalla hasta que llegó a Gran Canaria. Después de grabar los interiores en Inglaterra y haber realizado algunas tomas frente a las costas de Gales, el equipo al completo se desplazaron a rodar las escenas de acción entre las islas de Madeira y las Azores.
Debían interpretar la persecución de la ballena por parte del capitán Ahab. Aquel fue un invierno terrible. En pleno rodaje se desataban tormentas embravecidas, e incluso llegó a nevar. Se destrozaron las dos maquetas que tenían de la ballena blanca y la réplica del ballenero. El director estaba desquiciado. Aparte de perder dinero y días de rodaje, había muy pocos centímetros de cinta de cámara que se pudieran aprovechar.
Un técnico le dijo a Huston, que 300 millas más al sur había otro archipiélago en el que rara vez había tormentas, y cuya capital, Las Palmas, contaba con una de las mejores infraestructuras portuarias del Atlántico.
John Huston accedió a desplazarse, sin estar muy convencido del cambio. Al llegar a la isla le sorprendió el buen tiempo. El grueso del equipo cinematográfico se alojó en el Hotel del Parque, en la zona de Triana, junto al antiguo muelle del puerto. John Huston, Gregory Peck, el actor protagonista, y su amante, la periodista francesa Veronique Passini se albergaron en el Hotel Santa Catalina, en el centro de la ciudad. Carpinteros locales fabricaron la réplica de la ballena, y los dos botes balleneros que la perseguían.
En las costas de Gran Canaria se rodaron las escenas que quedaban pendientes. El capitán Ahab dio por fin caza a la ballena Mobby Dick frente a la playa de Las Canteras. Por fin, la película que estaba atascada cogió forma. Estaba tan contento John Huston que la escena final, que estaba programada para rodarse en Londres, se realizó en Las Palmas. Todavía hay grancanarios que recuerdan con alegría aquel momento.
El renacer canario de Agatha Christie.
Tras divorciarse de su marido, el también novelista Archibald Christie, y ser víctima de engaños e infidelidades, en 1926 se trasladó a Las Palmas, la escritora británica de misterio. La idea era pasar una temporada alejada de la sociedad británica, tan puritana y tan dada a sojuzgar a los demás, recuperarse emocionalmente y volver a dedicarse a la escritura.
Eligió Gran Canaria, por su buen clima. Allí se alojó en el Hotel Metropol, un hotel de lujo regentado por británicos que frecuentaban el British Club y el Tennis Court. En los años 20, en Las Palmas, había una importante colonia británica. Todo indicaba que Agatha Christie se encontraría como en casa.
Cuenta el periódico La Vanguardia, que durante su estancia en la isla, la escritora era dada a realizar paseos en compañía de su hija, que se desplazó con ella. En esas caminatas conoció el barrio de San Cristóbal, las casas de los pescadores de la Vegueta, los edificios coloniales de la Plaza de Santa Ana, la Avenida Marítima y la Alameda de Colón. Esos escenarios aparecen retratados en su novela “Una señorita de compañía”.
En su autobiografía, publicada un año después de su muerte, en 1977, Agatha Christie dedica un capítulo a relatar su estancia en Gran Canaria. Aquella temporada fue para ella un bálsamo reparador. La ciudad también guarda en su recuerdo a la escritora británica, a la cual ha dedicado una plaza junto a la Playa de las Canteras.
Lugares donde vivir en Las Palmas.
Visto el impacto que dejó la isla en determinadas personalidades de la cultura, veamos que te puede ofrecer a ti, para hacer lo mismo contigo. Gran canaria presenta varios ambientes, estos son algunos de ellos:
- El barrio de Guanarteme para los amantes del Surf.
La Playa de las Canteras es un referente mundial para los amantes del Surf. Junto a ella se encuentran las playas de Cicer y Lloret, con más de 3 kilómetros de largo y unas condiciones inmejorables para practicar este deporte acuático.
Junto a la playa se encuentra el viejo barrio marinero de Guanarteme, con una intensa vida social. Repleto de terrazas y pubs donde los sábados por la noche se puede escuchar música en vivo. No muy lejos de allí, está el Auditorio Alfredo Kraus, donde se programan conciertos de todo tipo de música. El barrio tiene un ambiente joven y cosmopolita, lleno de estudiantes y de extranjeros, que algunos de ellos viven allí todo el año.
- La zona del Puerto para ir de compras.
Las inmediaciones del puerto son un inmenso bazar para los amantes de las compras. No olvidemos que Canarias es zona franca, está libre de impuestos. Esto la convierte en un lugar atractivo para los compradores, pero también para que los comerciantes abran allí sus negocios. En un conjunto de calles comerciales se alternan las tiendas más exclusivas con exóticos, procedentes de la India o del Extremo Oriente. Eso junto a mercados y mercadillos que se organizan varios días por semana.
En el Puerto hacen escala los cruceros y la zona se llena de turistas que disponen de poco tiempo para hacer sus compras.
- Sabor marinero en el barrio de San Cristóbal.
El barrio de San Cristóbal es un antiguo barrio de pescadores volcado al mar. Con las casas casi pegadas a la playa y la Avenida Marítima, por la que se puede salir a correr o patinar. Un barrio con una personalidad propia, como el de La Barceloneta en Barcelona o el del Cabanyal en Valencia. En sus restaurantes puedes degustar el pescado recién traído de la lonja. A pocos metros de allí, cruzando la autopista, tienes frente a ti el hospital y el centro comercial.
- Historia y cultura en Triana.
Los barrios de Triana y el barranco de Guinguada son el casco antiguo de la ciudad. Una zona de ambiente colonial, que recuerda a las ciudades de América, con una intensa vida cultural. Allí se encuentran los teatros de Pérez Galdós, el Guiniguada y el Teatro Cuyás, el conservatorio y los cines Monopol.
Es el escenario del Festival Internacional de Cine de Las Palmas y sus calles están repletas de bares, restaurantes y es habitual encontrar músicos callejeros.
No muy lejos de allí se encuentra la Vegueta, pegado al antiguo puerto. La parte más antigua de la ciudad. Donde está la catedral, la casa museo de Cristóbal Colón y las reciñen rehabilitadas Casas consistoriales.
- La ciudad Jardín para los que gustan de la tranquilidad.
Todo en Las Palmas no es bullicio y algarabía. Flanqueado por dos grandes parques: el Parque Doramas y el del Pueblo Canario, se encuentra esta zona residencial que se vuelca como una rambla hacia el puerto deportivo. A las afueras de la ciudad, están los barrios de La Minilla y Siete Palmas, conformados por edificios nuevos y amplias avenidas.