Creativa

¿Por qué es importante que los niños aprendan a cocinar?

Cocinar puede ayudar a los niños a relajarse. Además, los pequeños experimentan y aprendan cosas nuevas. La mejor edad para que empiecen a cocinar son los 4 años, ya que es una edad perfecta para realizar tareas básicas en la cocina. Pueden preparar elaboraciones saladas o, incluso, dulces.

En esta actividad los niños se divierten y conocen un poco mejor los alimentos. También pueden adaptar las recetas para mejorarlas o probar nuevos ingredientes.

Es fundamental hacer una receta que apetezca al niño, para saber si está capacitado. Evita hacer una receta demasiado elaborada o con pasos que el niño todavía no puede asumir.

Seguro que le parece divertido preparar un pan o una pizza casera, ya que deberá amasar con sus propias manos. Es importante colocar a los niños a tu nivel, para que pueda ver lo que se está haciendo. ¡Es aconsejable que el pequeño se siente en un taburete!

Asegúrate de que el niño esté alejado de áreas peligrosas como el horno, la estufa y donde guardas los cuchillos. Es importante que el menor aprenda que debe lavarse las manos antes de preparar la comida, por lo que aprenderá buenos hábitos.

Si el niño está aprendiendo una cultura o región del mundo, crea un plato de esa cultura. Por ejemplo, si quiere saber cómo es la gastronomía de Francia, podéis preparar crepes.

Para evitar la obesidad infantil, es aconsejable que los niños a aprender a preparar postres saludables, es decir, que no tienen azúcar ni mantequilla.

El pequeño puede utilizar la miel o los dátiles, para sustituir el azúcar. También podéis reemplazar la harina de trigo por harina de almendras o de avena.

Es fundamental que el menor conozca ingredientes que son saludables para elaborar platos dulces como la leche de avena, el aceite de coco, la harina integral, el cacao sin azúcar…

Desde Eres Mamá informan que «al conseguir que los niños coman más sano, evidentemente ganan en salud. Por un lado, se produce una pérdida de peso en niños con sobrepeso u obesidad. Por otro lado, la presión arterial también disminuye. Incluso ayuda a prevenir la aparición de otras enfermedades como la diabetes tipo 2».

En este artículo te explicamos las ventajas de que los niños se interesen por la cocina.

Conocen distintos tipos de alimentos

Los profesionales de Aularecreo, expertos en realizar actividades extraescolares para centros educativos, explican que si los niños cocinan aprenderán a distinguir las frutas, verduras, hortalizas o legumbres.

Ayudan en las tareas del hogar

Los niños pueden ayudar en las tareas del hogar, como preparar la ensalada, cortar las frutas o limpiar la verdura.

Aprenden qué es una alimentación sana

Muchos estudios han comprobado que los niños que preparan su propia comida consumen más cantidad de verduras que aquellos que no cocinan. La preparación de recetas ayuda a desarrollar hábitos alimentarios saludables.

Los niños que comparten rutinas culinarias con sus padres, comen casi un 80% más de verduras, un 30% más de pollo y consumen una tercera parte de calorías.

Si ayudan en la cocina aprenderán las siguientes cuestiones:

-Que hay que beber mucha agua.

-Que hay que tomar cinco piezas de fruta al día.

-Que es necesario desayunar lácteos, fruta y cereales.

-Que las verduras son muy necesarias porque aportan una gran cantidad de vitaminas.

-Que no hay que abusar de los productos fritos, ni de la bollería industrial.

Aprenden sobre matemáticas

“En la cocina nos acostumbramos muy pronto a trabajar con cantidades, magnitudes, medidas y tiempo. Todo se combina de manera magistral para lograr el resultado deseado, experimentando con las matemáticas en estado puro. Por ejemplo, medimos y pesamos líquidos y sólidos, comprendiendo de este modo que peso y volumen son magnitudes diferentes. Los niños se darán cuenta enseguida de que hay cosas que pesan más que otras, entendiendo por qué el aceite flota sobre el agua o por qué los garbanzos caen al fondo de la olla», informa la revista Bebés y más.

Adquieren responsabilidades

Aprende que hay que ser responsables en la cocina y tener cuidado para no hacerse daño, por ejemplo, con los cuchillos, los fuegos, la batidora, etc.

Mejoran la atención

Para elaborar su plato los niños van a necesitar ser ordenados y concentrarse en su preparación. Gracias a la gastronomía trabajan la memoria y los niveles de atención.

Mejoran la confianza

Si el pequeño prepara un plato se sentirá más responsable y útil en la casa. Esta actividad mejora la autoestima, sobre todo, si los padres prueban los platos, ya que el pequeño se sentirá muy orgulloso.

Más independencia

Si el pequeño ayuda en la cocina, será más independiente y desarrollará sus propias tareas como, por ejemplo, prepararse el bocadillo.

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