Estamos en un mercado laboral cambiante. La incorporación de las nuevas tecnologías y la diversificación de las empresas han hecho que las tareas que se realizan en un puesto de trabajo vayan sufriendo cambios de un año para otro. Tener una formación adecuada es fundamental para conseguir un empleo, incluso, conservar el que se tiene.
Nos ha sorprendido escuchar a finales del 2022 las declaraciones del gremio de hostelería que señalaban que en España se necesitan decenas de miles de camareros. Está claro que el país ha dado un giro importante hasta convertirse en una economía de servicios. En concreto, en una potencia turística en Europa.
Cuando las empresas del sector recalcan la necesidad de personal, no lo hacen tanto por la cantidad, sino por la cualificación de los trabajadores. El camarero ha dejado de ser el trabajador que sirve los cafés o que con una bandeja lleva las consumiciones a una mesa. En algunos locales que atienden al turismo extranjero, exigen que el personal sepa idiomas. En los restaurantes, el camarero no se limita a tomar nota de la comanda, recomienda al cliente los platos más exquisitos, por lo que tiene que tener nociones básicas de cocina, al menos para poder explicarlos.
La hostelería camina hacia la informatización de los procesos. En algunos establecimientos los camareros utilizan comanderos electrónicos. No toman nota con bolígrafo y libreta, sino por medio de un aparato electrónico. Las cajas registradoras se han sustituido por terminales TPV. Esto se hace para agilizar el trabajo; sin embargo, si un trabajador no está familiarizado con la tecnología, retrasa al resto.
Otro de los trabajos, aparentemente sin cualificar, que ha sufrido grandes cambios en los últimos años es el oficio de zapatero. Antes un zapatero era el operario que te arreglaba los tacones y las suelas de los zapatos. En la actualidad copian llaves de seguridad, codifican las llaves de los coches, clonan mandos a distancia de puertas de garaje, los arreglan cuando se rompen, realizan gravados, etc.
Un taller de reparación de calzado y duplicado de llaves debe estar incorporando las innovaciones tecnológicas que aparecen en el sector. De no ser así, quedan desplazados en el mercado. Los empresarios lo saben y necesitan personal abierto a los cambios y en continuo reciclaje.
Esta tendencia a la actualización y a la formación impera en todos los tipos de trabajo. Tanto es así que los especialistas de Tecno Intef, un centro canario que imparte cursos para desempleados y trabajadores ocupados, indica que al menos la mitad de los empleos que se oferten en el 2023 lo conseguirán trabajadores formados en las exigencias de su puesto de trabajo, con títulos que acrediten esos conocimientos.
Los empleos más demandados.
A principios del 2022, la plataforma de empleo Infojobs realizó un ranking de los trabajos más demandados, partiendo de las ofertas de empleo que recibían. El periódico El Economista destacó, analizando este estudio, el aumento que había alcanzado el sector de la formación y la sanidad. Trabajos para los que se necesita una formación específica.
Se precisan cada vez más formadores. No los clásicos profesores de instituto. Cualquier empresa medianamente grande requiere de profesionales en su plantilla, con habilidades didácticas y de comunicación, para transmitir las innovaciones que vaya incorporando al resto de los trabajadores. Las empresas saben que tener trabajadores formados e instruidos es básico para que sean productivos.
Por otro lado, la formación se ha convertido en un nicho económico. Los trabajadores son conscientes de que para tener un buen empleo o para prosperar en la empresa, necesitan aumentar sus conocimientos. Muchas veces lo hacen partiendo de su propia iniciativa.
El reciente episodio de la pandemia del COVID-19 puso de manifiesto la importancia de la sanidad, pero también sus carencias. El sector de la salud avanza hacia la especialización. Eso no solo afecta a médicos y enfermeras, sino a todos los trabajos relacionados con esta actividad, como los ATS y otros auxiliares. Cubrir la necesidad de buenos profesionales en sanidad requiere una formación específica.
En el ranking que elaboró Infojobs destacan los trabajos relacionados con la logística: Conductor de reparto, mozo de almacén, administrativo. Un sector que se encuentra cada vez más informatizado.
En el primer puesto del ranking lo el de teleoperador, que no por eso significa que sea el mejor pagado, el que menos competencia tiene, ni el más estable. Aun así, su tarea no se limita a atender el teléfono. En ocasiones necesita disponer de habilidades comerciales y de marketing y, siempre, del manejo de programas informáticos.
La relevancia del sector digital.
La página web de Antena 3 – Noticias señala, en un artículo, la importancia que está alcanzando el sector de la informática en el mercado laboral. El año pasado se publicaron 12.299 ofertas de trabajo de desarrollador de software.
La demanda de profesionales de la informática responde a la necesidad de las empresas por integrar las últimas tecnologías. Una actividad reporta más beneficios cuanto menos tiempo se tarda en fabricar un producto o prestar un servicio. A esto se une la eficiencia en atender a los clientes y mantener el contacto con ellos. En este aspecto, la informática es clave.
La informatización es un proceso en avance del que muy pocas empresas quieren quedarse fuera. Estos son algunos de los perfiles de profesionales de esta área más demandados:
- Especialista en ingeniería artificial y robótica. Son trabajadores que diseñan e implantan sistemas artificiales capaces de simular el pensamiento humano. También se encargan de crear sistemas automatizados que realizan tareas de manera mecánica y secuencial. Con esto se consigue ahorrar una gran cantidad de tiempo y permite destinar los recursos humanos hacia actividades más rentables, donde la intervención humana es importante.
- Ingeniero de redes. Asegura que las redes de telecomunicación de la empresa funcionan correctamente. Es el responsable de las mismas y las diseña e instala de manera que cumplan los objetivos de la compañía.
- Profesional Técnico TIC. Son los técnicos informáticos. Encargados de la instalación, optimización, mantenimiento y actualización de los sistemas informáticos. Así como de las redes de comunicación e información de la empresa. Se ocupan del software, el hardware y de las aplicaciones específicas. Se aseguran de que todo el entramado informático funciona correctamente y toman las medidas precisas para mejorarlo.
La informática es tan importante dentro de las empresas que se ha llegado a constituir como un departamento propio. Un equipo de trabajo de profesionales cualificados, con un perfil técnico y resolutivo, en permanente reciclaje.
Adaptarse al mercado laboral.
Formarse para obtener un buen empleo, parte en primer lugar de analizar cuáles son las especializaciones y habilidades que se demandan en el mercado laboral. Y dentro de estas, evaluar cuáles tienen menos competencia.
No se trata tanto de lo que te gusta, sino de lo que el mercado necesita. Lo ideal sería encontrar un punto de intersección entre los que te motiva y lo que están solicitando las empresas. Si coincide, tienes suerte.
En todos los trabajos se realizan tareas que a un trabajador le gustan más o menos. Incluso, algunas las rechazan, pero está obligado a realizarlas, pues si no corre el riesgo de ser sustituido por otro. Con frecuencia, los trabajadores para reciclarse se forman en aquellas áreas de su trabajo que le resultan más dificultosas o en aspectos novedosos, que implican un esfuerzo extra para dominarlos.
Dentro de la formación, prima asistir a cursos donde recibirás un título frente a instruirte de forma autodidacta. Los cursillos están impartidos por profesionales, que facilitan un aprendizaje más rápido y preciso. Están orientados al mercado laboral, por lo que se ofrecen una formación adaptada a aquellos aspectos que se están demandando. Un título acredita, de cara al empleador que tienes los conocimientos que dices poseer.
En los procesos de selección de personal existen dos elementos que decantan a los empleadores a elegir un candidato: la experiencia y la formación. La experiencia expresa que el trabajador ya ha trabajado con antelación y, por tanto, que está en condiciones de sacar a delante las tareas que se le encarguen. La formación indica que posee los conocimientos precisos para el trabajo, incluso, capacidad para adquirir conocimientos nuevos que requiera la implantación de novedades en la empresa.
Ambos elementos se complementan y lo ideal es que vayan unidos. De poco sirve un trabajador con mucha experiencia que luego se muestra torpe ante las innovaciones tecnológicas. Lo mismo sucede con una persona muy preparada, pero que se atasca con el ritmo de trabajo diario, o que se bloquea ante un imprevisto y no sabe cómo reaccionar.
Para los jóvenes que están en búsqueda de su primer empleo, es importante que se formen todo lo que puedan y que realicen algún trabajo, aunque no tenga nada que ver con el área profesional a la que se quieren dedicar. Al indicarlo, por ejemplo, en un curriculum, muestran a los empleadores que no están perdidos en la realidad del mercado laboral y que tienen capacidad de trabajo.
La formación ha de ser una tónica permanente para encontrar un empleo o mejorar el que ya se tiene.