Todos coincidimos en que un espacio con plantas es más agradable. Invita a quedarse y a consumir. El cuidado de las plantas requiere de nuestra atención, por eso somos reticentes a colocarlas según en qué sitios. Hoy se pueden poner plantas artificiales que ofrecen una apariencia bastante natural. ¿Plantas naturales o plantas artificiales en decoración? Abordamos las dos opciones.
Pocas cosas impresionan tanto como un patio cordobés en primavera. Toda esa explosión de color, vegetación, flores embarga a quien lo observa. Le inunda de energía y vitalidad. Detrás de ese escenario hay muchas, muchas horas de trabajo.
Nuestras madres y abuelas tenían buena mano para las plantas. Tanto de interior como de exterior. Colocaban macetas de geranios en los balcones y un ficus en el comedor, que cada vez se hacía más grande. Para ellas, las plantas formaban parte del cuidado del hogar. Estaban pendientes de cualquier detalle: de regarlas, abonarlas o trasplantarlas cuando fuera necesario. Como estaban pendientes de mantener la casa limpia o de que no faltara nunca nada en la despensa.
Para ellas esa actividad era gratificante. Observar cómo iba creciendo un ser vivo gracias a la atención que les dispensaban. Todo el trabajo que habían invertido en ellas, las plantas se lo devolvían con su belleza. Pero, como he dicho, implicaba trabajo y cariño. Cariño, en cuanto a poner atención en los detalles. En reaccionar ante cualquier señal que le daba la planta y actuar de inmediato para que no quedara mustia.
Igual que veíamos plantas en casa, era difícil encontrarlas en los negocios. Si a caso un centro de mesa en algunos restaurantes, pero pocos. Los establecimientos son centros de trabajo. El personal que está en ellos tiene la cabeza en la faena. No puede perder el tiempo en abonar las macetas o cambiarlas de sitio. En ese sentido, las plantas artificiales han venido a cubrir esa carencia.
El cuidado de una planta.
El jardinero José Manuel Durán explica en su blog los problemas más frecuentes que sufren las plantas de interior. Tanto si las tenemos en una habitación de la casa, como si están en una tienda o en un restaurante.
- Luz natural.
Las plantas deben estar cerca de una ventana bien iluminada o de un balcón. Necesitan la luz para hacer la fotosíntesis. Una luz artificial, como puede ser un tubo fluorescente, no cumple la misma función.
Sin luz, las hojas de las plantas se vuelven amarillentas y a veces se caen. Como un ser vivo que es, la planta reacciona para encontrar la luz de forma desesperada. Es cuestión de supervivencia. Crecen hacia donde perciben que está. Desarrollan tallos largos o generan hojas más grandes. Adquieren una apariencia anormal.
- Exceso de agua.
Según el jardinero, el problema más frecuente con las plantas de interior o no es que se nos olvide regarlas, sino que las regamos en exceso. Al estar es un ambiente cubierto, están más protegidas de los cambios de temperatura y les afecta menos el paso de las estaciones.
Regarlas con más agua de la que necesitan trae consigo la aparición de enfermedades, hongos y bacterias parásitas que van mermando su salud. Es recomendable plantarlas en una tierra que drene el agua, con un plato debajo, donde se deposite el líquido sobrante, cuidándonos de vaciarlo a menudo.
Es preferible usar tiestos de barro, que absorban el agua, a macetas de plástico que creen un charco permanente, y cubrir la superficie con gravilla para proteger el tallo de la planta.
- Los cambios de temperatura.
Las calefacciones y el aire acondicionado son agresivas para las plantas. Para crecer con salud, la mayoría de las plantas necesitan una temperatura estable entre 15 y 25 grados. Con suaves variaciones entre el día y la noche, y entre el invierno y el verano. A las plantas no les vienen bien los cambios radicales de temperatura.
Otro aspecto que hay que atender es el uso continuado del aire acondicionado. Este reseca el ambiente, lo que puede hacer que la punta de las hojas de las plantas se seque y muera.
Otras cuestiones a tener en cuenta son el abonado y trasplantar la planta a un tiesto grande que no obstruya su crecimiento.
Natural o artificial.
Tener plantas naturales en un centro de trabajo implica dedicarles tiempo necesariamente. No podemos desatenderlas, si no se irán deteriorando. En un establecimiento lo primero es atender la carga de trabajo. Servir a los clientes, resolver los pedidos, cumplir tareas de contabilidad y de inventario. Esto es lo que marca el día a día.
Cuando hay tiempos muertos en una tienda, el personal se dedica a limpiar. Más allá de barrer y fregar, que se hace cada noche antes de cerrar, se limpian las estanterías, el mostrador, se ordena la trastienda. Sabiendo que en el momento en que aparezca un cliente, esa actividad se detiene y nos centramos en atenderlo, que es lo que reporta beneficios para la tienda.
Esa falta de programación es perjudicial para las plantas naturales. A veces enferman o mueren por no poder atenderlas.
Una planta natural deteriorada es contraproducente. Si cuando está sana da sensación de vitalidad, de alegría, si la vemos con las hojas amarillentas, o mustia, da la impresión de abandono. Estamos dando al cliente la imagen de un establecimiento descuidado, que probablemente no se corresponde con la realidad. Esa planta que tenemos en un rincón de la tienda, que no está radiante, en lugar de crear un espacio agradable que atraiga las visitas, las está echando a la calle.
Para crear un ambiente atractivo, podemos emplear, en lugar de plantas naturales, otras artificiales, que no necesitan más mantenimiento que quitarles el polvo. Algunas personas las rechazan porque dicen que dan una imagen artificial. Mundo Flor Decoración, una empresa mayorista de decoración que trabaja con plantas, nos dicen que se fabrican plantas artificiales cada vez más realistas.
Hay ocasiones en las que cuesta mucho diferenciar unas de otras a simple vista. En la fabricación de plantas artificiales se utilizan materiales y texturas que simulan las plantas naturales. La presentan en su máximo esplendor, congelado en el tiempo. Lejos han quedado esas plantas de plástico que se vendían en los bazares.
Las plantas artificiales en la decoración de espacios comerciales marcan tendencia.
Cada vez más establecimientos comerciales recurren a la decoración vegetal artificial para diferenciarse de la competencia. La decoración de los establecimientos forma parte de la marca comercial. A menudo, identificamos los locales por la decoración que tienen, por encima del producto que venden o del servicio que prestan.
Crear un atrezo diferente, que llame la atención del público y le invite a pasar al local para descubrirlo; y generar un ambiente agradable en el que el cliente se sienta a gusto, es importante para aumentar la clientela, fidelizarla e incrementar las ventas.
En este sentido, las plantas artificiales son un recurso recurrente. Se puede ver en los jardines verticales, que hace unos años se pusieron de moda entre los restaurantes más modernos. Se trataba de un conjunto de plantas, tipo enredadera, que cubrían toda una pared del comedor. En algunos casos había como una fuente por detrás, por la que discurría agua como si estuviera regando. La mayor parte de estos jardines son artificiales.
La revista de interiorismo Homify nos comenta como las plantas artificiales se están utilizando actualmente para crear ambientes únicos en establecimientos comerciales.
Adornar el comedor de un restaurante con palmeras artificiales y plantas tropicales integradas en la decoración crean un ambiente exótico. Reproducen una especie de oasis en medio de ese desierto agreste de asfalto y hormigón que representan las ciudades. Un escenario llamativo, que aunque sea solo con la imaginación, nos traslada a recónditos lugares.
Agregar plantas artificiales con flores en las habitaciones de un hotel, en la recepción de un despacho, sobre las mesas de un comedor o en espacios comunes aporta frescura y cercanía. Las flores son un elemento que llama la atención por su colorido y nunca pasa de moda, al ser artificiales no necesitan mantenimiento y siempre están radiantes.
Un interiorismo refrescante creado con vegetación artificial marca la diferencia. Este es el caso del restaurante de lujo “Habanera”, ubicado en la Plaza Colón de Madrid. Donde con toda una gama de plantas tropicales artificiales ha sabido crear una ambientación estilo colonial, inspirada en los cafés que había a finales del siglo XIX en el centro de la Habana o en cualquier gran ciudad del Caribe.
Las plantas artificiales de gama alta tienen una perfecta producción. Resulta difícil identificar si son naturales o fabricadas. Son hipoalergénicas, no resultan tóxicas para los animales y siempre están libres de plaga.
Con ellas se puede crear un espacio abierto dentro de un recinto cerrado. Dando la sensación de estar al aire libre, en un jardín, cuando en realidad estás en un salón.
Incorporar plantas en la decoración de tu negocio es un plus de elegancia y calidad. Si te ves capacitado con plantas naturales, sabes que esto implica cierta responsabilidad. Si no, con unas plantas artificiales de calidad, a penas se aprecia la diferencia.