El mundo está lleno de rincones sorprendentes por descubrir. Uno de ellos, sin duda, es Tanzania. Nos asomamos a la tierra del Sereguete.
Los agentes de Trip to help, un operador turístico fuera de lo normal, que entre otras actividades, organizan viajes de luna de miel por Tanzania, señalan que visitar este país africano es una experiencia única. Una vivencia inolvidable en la que el turista se sumerge de lleno en la naturaleza y entra en contacto con las comunidades nativas.
Situada en la costa este del continente Africano, justo por debajo de Kenia y Uganda, en Tanzania coinciden grande s lagos, extensos desiertos, la sabana africana, zonas montañosas de selva y playas de arena blanca y aguas turquesas. Toda una explosión de naturaleza en 947.000 Kilómetros cuadrados.
Tanzania surge de la unión libre de dos colonias británicas recientemente independizadas en 1964. Por un lado, la parte continental, la colonia de Tanganica, que debe su nombre al conocido lago centroafricano, y por otro, el archipiélago de Zanzíbar, en el Océano Índico. La fusión de los dos nombres es lo que da lugar a la palabra Tanzania.
La parte continental está formada por una meseta de unos 1000 metros de altitud que parte de las faldas del Kilimanjaro y llega hasta las inmediaciones de los lagos Tanganica y Malaui. Con una longitud de 983 kilómetros, por el territorio se entrelazan diferentes ecosistemas como si fueran las estaciones del año. No en vano, a Tanzania se le llama popularmente el Arca de Noé, por la variedad de fauna que encierra.
La parte insular, el archipiélago de Zanzíbar, está formado por tres islas: Unguja, Penga y Mafia. Declaradas Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Caracterizadas por sus playas tropicales y por la exuberancia de fauna y flora marina que existe en las aguas que bañan sus costas.
Pero Tanzania es mucho más. Junto a Kenia es la tierra de los Masáis. Y de más de 100 tribus, muchas de las cuales acogen al visitante y no dudan en compartir con ellos su cultura ancestral, de la cual se sienten orgullosos.
Tanzania es un lugar ideal para realizar un viaje diferente.
Qué ver en Tanzania.
El blog de viajes Viajeros Callejeros nos presenta un listado de los espacios naturales más icónicos del país. Estos son algunos que vale la pena visitar:
- El lago Victoria.
El lago Victoria es el segundo más grande del mundo y el más grande de África. Es una de las fuentes del río Nilo, que en su tramo inicial se le denomina Nilo Blanco. Del lago Victoria también nace el Río Kagera, el afluente que más agua aporta al Nilo en sus primeros kilómetros. Con una superficie de 69.500 Kilómetros cuadrados y una profundidad que alcanza los 80 metros, su contorno está salpicado de pequeños poblados de pescadores que cada mañana salen a pescar al lago como lo llevan haciendo desde los últimos 3.000 años. Los que han visitado, señalan que observar el atardecer junto al lago es un espectáculo indescriptible.
- El desierto del Sereguete.
Este desierto de 15.000 kilómetros cuadrados, situado en el centro del país, es el principal reclamo turístico de Tanzania. En él puedes ver la naturaleza salvaje en su máximo esplendor. Rebaños de ñus buscando fuentes de agua. Gacelas, cebras y jirafas alimentándose de arbustos y árboles esparcidos, allá donde se inicia la sabana. Leones y leopardos esperando cazar sus presas y cocodrilos sumergidos en los ríos que atraviesan el desierto.
- El lago Tanganica.
Si el lago Victoria está al norte del país, el lago Tanganica se encuentra en el suroeste, haciendo frontera natural con la República del Congo y Burundi. Es uno de los grandes lagos de África. Tiene una superficie de 32.000 Kilómetros cuadrados. Se halla en el Valle del Rif, rodeado de montañas y de una exuberante vegetación en el que se alternan zonas de praderas, por las que vagan los elefantes, con otras de selva, donde habitan gorilas. Se calcula que en la zona viven más de 1.500 especies de animales distintas.
- El archipiélago de Zanzíbar.
Si visitas Tanzania, vale la pena dirigirte a Der es Salam, la ciudad más grande de la costa y coger un avión o un barco para llegar hasta las islas de Zanzíbar. Allí se encuentran algunas de las playas semi-vírgenes más bonitas del mundo. Arena blanca y aguas azul turquesa. En la isla de Unguja, también conocida como Zanzíbar, por ser la más grande del archipiélago, se encuentra la ciudad colonial de Stone Town. Un lugar en el que han dejado huella los pueblos que han habitado la ciudad. Desde los comerciantes árabes que usaban la isla como base de operaciones para comerciar con África, hasta los británicos que la convirtieron en su colonia. En Stone Town nació Freddie Mercury y el Premio Nobel de literatura Abdulrazak Gurnah.
Qué hacer en Tanzania.
La Instagramer viajera, Vero, en su blog Si no has viajado, nos presenta una serie de propuestas para hacer en Tanzania. Estas son algunas de las más llamativas:
- Hacer un safari. Ir a Tanzania y no participar en un Safari es un crimen. Cada día se organizan safaris que duran entre 5 y 7 días y que discurren por los principales parques nacionales del país: Sereguete, Taranguire y Lake Mayara. Se realizan dentro de un Land Rover y son totalmente seguros, por lo que pueden participar niños. Puedes contratarlo sin problemas con un guía que hable español. Una oportunidad única de ver animales salvajes en libertad.
- Subir al Kilimanjaro. Es la montaña más alta de África, con 5885 metros de altitud. Es una experiencia dura, que te ofrece unas vistas impresionantes. Existen 7 rutas para subirlo, la más utilizada es la ruta Marangú (también llamada Ruta Coca Cola). Es la más corta y sencilla. Dotada de cabañas al final de cada etapa, provistas de paneles solares. Si no te gusta el montañismo, existen rutas de senderismo por las faldas de la montaña, para visitar el Parque Natural del Kilimanjaro.
- Mezclarse con los Masáis. La tribu Masái habita en el norte del país. Se trata de una ancestral tribu de pastores nómadas que conservan sus tradiciones y cultura milenaria. Uno de sus rasgos es que se dividen en tres grupos sociales determinados por la edad. Los Morane (guerreros masáis, que son los jóvenes), los jefes de familia y los ancianos. El consejo de ancianos es el que dirige cada poblado y mantiene las relaciones con otros clanes. El gobierno permite el contacto con las tribus nativas, como una fuente de ingresos para ellos, permitiendo el comercio de artesanía con los turistas.
- Visitar sus mercados. Una forma de descubrir cómo viven los habitantes de Tanzania y es mezclarse con ellos en sus mercados. La ciudad de Dar Es Salam, la más poblada del país, situada en la costa del Océano Índico, cuenta con los bulliciosos mercados de Kivukoni y de Kariakoo, en los que puedes encontrar una gran variedad de puestos de comida callejera, de frutas tropicales, de pescado y hasta de móviles. Los tanzanos es un pueblo que vive mucho en la calle, son amables con los extranjeros, pero no se enfadan cuando les hacen fotografías.
Lo mejor de Tanzania es su gente.
En una ocasión, un conocido que acostumbraba a viajar por el África subsahariana para hacer turismo me comentó que lo mejor de aquella zona son sus habitantes. Son personas tranquilas, pacíficas, hospitalarias y, por lo general, bastante francas.
Tanzania, además, tiene un ambiente multicultural. Tradicionalmente, ha sido tierra de paso. Cada cultura o pueblo que ha estado allí ha dejado su impronta. Hay restos culturales de la presencia árabe, asiática, alemana e inglesa.
Los tanzanos, ante todo, son tolerantes. En el país conviven más de 100 tribus distintas, cada una de ellas, con sus propias tradiciones. Las tribus están orgullosas de su cultura, y no dudan en mostrarlas al visitante e incluso, sumarlo a alguno de sus ritos. Admiten del extranjero aquello que les interesa o les llama la atención, como puede ser la tecnología, pero siempre sin renunciar a sus raíces. Esta es la razón por la que han conservado sus tradiciones durante siglos.
En Tanzania conviven en armonía tres grandes religiones: el animismo, el islam y el cristianismo. La lengua oficial es el swahili, pero existen más de 100 dialectos locales distintos. Gran parte de la población habla inglés. Es el idioma de la antigua metrópoli, la lengua del comercio y la del contacto con los turistas.
Un principio esencial para los tanzanos es el respeto. Aceptan a las personas tal y como son, pero exigen que a ellos se les respete. Esta es la razón por la que, a pesar de su gran diversidad cultural, apenas se aprecien conflictos multiétnicos entre ellos.
Visitar Tanzania no es solo un viaje para conocer la naturaleza salvaje. Sobre todo es un viaje antropológico. Entrarás en contacto con diversas culturas. Poco tiene que ver la vida en Dar en Salam, con la que encontrarás en Stone Town, la del lago Victoria o las de los poblados Masái. Y, sin embargo, todos son habitantes del mismo país.