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Obtener asesoramiento siempre es necesario tras haber sido víctima de un accidente de tráfico

Una de las situaciones más complicadas a las que nos podemos enfrentar a lo largo de la vida es padecer un accidente de tráfico. Se trata de una experiencia durísima y que puede marcar una vida. Normalmente, las personas que lo sufren tienen recuerdos muy vívidos de este asunto. No es una situación fácil porque sabemos que nuestra vida ha estado en juego y que hemos sufrido un peligro como el que quizá no hayamos tenido en ningún otro momento anterior. Desde luego, hay que entender cualquier problema psicológico que haya sido derivado después de un accidente.

Hay muchos tipos de accidentes de tráfico y, antes de continuar hablando acerca de este tema, debemos establecer cuáles son los tipos que existen:

  • Choques frontales. Son los más peligrosos sin ninguna duda porque ocasionan una mayor cantidad de muertes. Se pueden producir especialmente en carreteras que solamente cuentan con un carril por cada sentido, lo cual explica que sean estas carreteras las más peligrosas de todas cuantas existen tanto en España como en cualquier otro país.
  • Los choques laterales son menos mortales, pero son muy peligrosos, especialmente si golpean en uno de los costados en los que se sitúan las personas del coche golpeado. Obviamente, un golpe en el costado izquierdo de un vehículo dejará bastantes lesiones en el conductor, incluso aunque sea a poca velocidad. Por eso suele decirse que, en caso de que viaje un niño con nosotros o nosotras, lo haga en el asiento central trasero precisamente para disminuir los riesgos de los golpes laterales.
  • Las colisiones por alcance son realmente peligrosas porque se requiere de muy poco tiempo para prevenirlos. En la cola de un atasco hay que tener mucho cuidado y las luces de emergencia pueden ser fundamentales para lograr evitar estos accidentes.
  • Vuelcos. Muy típicos. Provocan lesiones en el 100% de las ocasiones y muchas veces se producen sin necesidad de que haya una colisión anterior, sino por descuidos o pinchazos.
  • Atropellos. Aquí sale bastante peor parado el peatón que el propio conductor, que muy probablemente no va a perder la vida pero sí que va a tener una responsabilidad penal en todos los casos en los que atropelle a alguien, especialmente si se encontraba incumpliendo alguna de las normas de seguridad vial.

Fijaos si existen modos de tener un accidente. Por desgracia, todos los días y en una amplia cantidad de lugares de nuestro país, se producen todos ellos. Y hay una máxima que defienden todos y cada uno de los educadores viales: todos los accidentes que se producen son evitables. De ahí que se insista concienzudamente en todo lo que tiene que ver con las maneras de prevenir esas conductas o tomar esos riesgos que pueden desembocar en un accidente de tráfico. Tenemos la suerte de que hay una gran cantidad de personas dedicadas a esa labor y que no cejan en su empeño de hacernos saber a lo que nos exponemos si no tenemos el debido cuidado.

Por desgracia, me ha tocado vivir en primera persona un accidente de tráfico y os puedo asegurar que no es una experiencia gratificante ni mucho menos, como ya podréis suponer. Suele ser bastante cuidadoso cuando me encuentro al volante, pero he de decir que muy poco pude hacer cuando, al cruzar una intersección, un coche que se acababa de saltar un semáforo impactó lateralmente contra el mío. Yo, que lógicamente me encontraba en el asiento del conductor, recibí el impacto de lleno y, como consecuencia directa de él, se produjeron bastantes lesiones en mi pierna izquierda, la cadera y las costillas. Un desastre.

Tuve que ingresar en el hospital, en el cual pasé algunas semanas. Por suerte, mi vida no corrió peligro en ningún momento, pero sí que es cierto que los médicos temían por el hecho de que pudiera caminar con normalidad y hacer una vida como la que había estado llevando hasta entonces. El golpe fue bastante fuerte y, como ya os he dicho, se produjo por mi lado, así que tuve que estar sometido a distintos tratamientos para recuperar la normalidad, algo que no fue fácil pero que pude ir consiguiendo con el paso de las semanas y grandes dosis de paciencia.

Como seguramente estáis imaginando, yo estaba completamente dispuesto a denunciar a la persona que conducía el coche que se estampó contra el mío. Estaba absolutamente seguro de que esa persona había tenido toda la responsabilidad. Ya he dicho que soy una persona bastante prudente al volante y, además, contaba con testigos que podían verificar mi versión de los hechos. También, y no por ello menos importante, disponía de las cámaras de seguridad de algunos de los negocios que se encontraban en la calle donde se produjo el siniestro, así que tenía todas las de ganar.

Ni que decir tiene que tenía el interés de obtener la máxima indemnización posible por parte del causante del accidente. Estaba convencido de que me iban a dar la razón, pero de lo que siempre tienes dudas en este sentido es de si te van a ofrecer una indemnización acorde a lo que pides o no. Precisamente por este motivo necesitaba alguien que me asesorase él y que me ayudase a conseguir esa indemnización. Y cuando compartí mis pretensiones con alguno de mis familiares y amigos, me recomendaron ponerme en contacto con Trámites Fáciles Santander porque cuentan con un amplio porcentaje de éxito en casos de este tipo y en lograr y las indemnizaciones que las personas que han sufrido los accidentes de tráfico piden.

Lo que os comentaba en el párrafo anterior lo pude vivir en primera persona a lo largo de las semanas siguientes a ponerme en contacto con ellos. Rápidamente, pusieron a mi servicio toda su experiencia y sus mejores profesionales para conseguir el objetivo que estaba persiguiendo. Y la eficacia que se derivó de esto fue máxima. Tanto es así que, una vez que se celebró el juicio, el juez me otorgó exactamente la cantidad que estaba pidiendo como indemnización por las lesiones sufridas.

Ojalá las cosas hubieran sido diferentes. La verdad es que hubiera preferido no sufrir el accidente de tráfico a haber recibido esa indemnización de la que os hablaba más arriba. Pero lo cierto es que, una vez producido el daño, lo suyo es que exista algún tipo de prestación para la persona que lo ha sufrido. Ese ha sido por suerte en mi caso, pero no me quiero imaginar cómo será el de otras personas que hayan pasado por lo mismo y a las que no hayan atendido como me atendieron a mí.

Hablamos de casos muy habituales en España 

Este tipo de sucesos son más habituales de lo que nos gustaría reconocer en España. Decía al principio que hay un montón de accidentes de tráfico todos los días en el interior de nuestras fronteras y siempre suele haber gente que se encuentra en el bando de quienes han provocado estos accidentes y personas que, a pesar de haber cumplido con todas las normas de seguridad vial, también forman parte de esos accidentes, aunque en su caso como víctimas del mismo. La realidad es la que es y no podemos ni debemos negarla.

En una información publicada por el Ministerio del Interior de nuestro país, se comentan algunos de los datos que rodean a los accidentes de tráfico que se produjeron en España a lo largo del 2023. La verdad es que las cifras asustan: fueron más de 1.800 las personas fallecidas y más de 9.200 las heridas graves por accidentes de tráfico. Estamos hablando de un problema de índole nacional y que debe ser resuelto con la conciencia y la aportación de todos y todas. No podemos estar perdiendo tantas vidas todos los años por accidentes que resultan evitables.

Si nos fijamos en la cantidad de personas fallecidas en las carreteras en 2023 clasificadas por comunidades autónomas, nos daremos cuenta de que en las primeras posiciones se encuentran las regiones más amplias. Andalucía, de hecho, lideró el ranking con casi dos centenares de fallecidos. Castilla y León y Castilla-La Mancha se sitúan en la tercera y cuarta posición, respectivamente, siendo la primera de ellas el lugar de fallecimiento de 119 personas y la segunda de 91. Entre estas dos y Andalucía se sitúa Cataluña, que es verdad que no es la región más grande pero que sí que cuenta con muchísimos kilómetros de carreteras. Allí perdieron la vida 152 personas en accidentes de tráfico a lo largo del 2023.

Hay que extremar todas las precauciones y hacer todo lo posible para conseguir que en nuestras calles, nuestras carreteras y nuestras autovías sean lo más seguras posible. Un accidente de tráfico es una verdadera desgracia y ya no solo porque pueda terminar con la vida de una persona, sino porque también tiene una influencia muy grande entre las que sobreviven a él. Ponerse al volante es una gran responsabilidad y todos y todas debemos cumplir con ella. No podemos fallar.

 

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