Emprendimiento y startup, van ligados de la mano. Aunque bien es cierto que, para muchos, este concepto tan moderno e innovador, les crea cierta confusión. Definir este tipo de empresa puede resultar difícil si no comprendes sobre que se habla, cuando se utiliza este término en particular. Gracias a la era de la tecnología digital e internet, nuestra manera de comunicarnos ha cambiado sustancialmente. Tanto la información de la que disponemos y el uso que hacemos de ella como el modo de organizar nuestro día a día, se ha ido modificando. Lo mismo ha ocurrido con el emprendimiento y la creación de nuevos negocios y empresas.
Hemos hablado con nuestros amigos de Solfico, profesionales de la gestión de empresas, con objeto de entender y comprender de una vez por todas, que es una startup. Para empezar a clarificar nuestras ideas preconcebidas y los conceptos erróneos, nos han asegurado que grandes empresas como Amazon o Facebook, comenzaron su andadura como startup. Este hecho, fue posible, gracias a las nuevas tecnologías disponibles, con las que cualquier persona, sin necesidad de contar con un enorme capital, puede poner en marcha cualquier proyecto que satisfaga una necesidad a través de las startup.
Siendo así, se denomina como tal, a una empresa de nueva o reciente creación cuyo potencial presenta grandes posibilidades de crecimiento. Este tipo de empresas, comercializan sus servicios y productos, siempre, haciendo uso de las tecnologías de la información y la comunicación disponibles.
Saber diferenciar entre una pyme convencional y una startup es tan importante como relevante. Puesto que cada una cuenta con una serie de particularidades e incluso subvenciones o leyes propias. Las pymes convencionales salen al mercado tras realizar una inversión económica, por lo que debe pasar un tiempo antes de empezar a obtener beneficios. Por el contrario, las startups, salen al mercado a mayor velocidad para poder crecer y obtener la financiación necesaria, a través de la transformación digital.
Características de las startups
Para contar con este tipo de categorización, una empresa debe cumplir con las siguientes características que definen el concepto.
Es fundamental que se trate de empresas jóvenes, creadas por jóvenes y cuyo ambiente este familiarizado con los ambientes jóvenes, modernos y tecnológicos. Tras su creación, intentan conseguir la financiación necesaria para crecer. El objetivo es evolucionar a pyme o gran empresa o, incluso, vender su idea directamente a una empresa consolidada.
Ha de ser escalable, ese es uno de sus principales atributos: la velocidad y capacidad con la que crece y genera ingresos. Al mismo tiempo, una startup, ha de ser capaz de incrementar su producción y nivel de ventas sin incurrir en un aumento de los gastos. De esta manera, su producción y margen de beneficios, crecen exponencialmente. Pese a su pequeño tamaño, generan grandes ingresos.
Se trata de empresas tecnológicas, cuyos negocios se basan en ideas innovadoras, concebidas para satisfacer las necesidades nacientes en el mercado. Los emprendedores de esta categoría, se sustentan en las tecnologías digitales para evolucionar, gracias a la interconexión digital, cuentan con la posibilidad de encontrar financiación para su empresa en cualquier lugar del mundo.
Los costes son bajos, puesto que su punto de partida es mantener un mínimo de costes de producción para poder crecer con mayor rapidez. De ahí que suelan empezar su andadura empresarial utilizando espacios de coworking.
Así de sencillo es ser una startup. Realmente, este tipo de empresas son rentables debido a sus bajos costes y la optimización de los recursos. Lo más importante es contar con una idea que proporcione solución a una necesidad o problema y que esta sea de carácter tecnológico y digital. De ahí deriva el hecho de que suelen estar a cargo de gente joven, familiarizada con las necesidades de la gente apoyadas en la tecnología digital.
Aspectos necesarios para iniciar una startup
Para crear una startup, hay que cumplir con una serie de requisitos indispensables, de modo contrario, no se trataría de una startup, si no de una empresa tradicional.
En primera instancia, hay que pensar en las posibles soluciones que se pueden dar a los problemas cotidianos. La filosofía de una startup es encontrar soluciones prácticas a los problemas del día a día. Este tipo de problemas puede ser buscar alojamiento, moverse por la ciudad, hacer una compra de la forma más sencilla… Estas necesidades, son comunes a la gran mayoría de la sociedad, algo que incrementa las posibilidades de que la idea funcione.
Seguido a esto, va la búsqueda de soluciones creativas y prácticas. Se trata de negocios rentables que se basan en estrategias simples y creativas al mismo tiempo. Estas estrategias, son novedosas y nadie las ha llevado a la práctica con anterioridad, de ahí que su crecimiento sea rápido y el modelo empresarial, atractivo.
Las soluciones que ofrezca la empresa, deben ser escalables. Es decir, contar con un fuerte potencial de crecimiento para obtener beneficios rápidamente y sin necesidad de invertir en infraestructuras. Un ejemplo de esto es la creación y desarrollo de una página web o app móvil sobre el negocio y a partir de ese punto, los clientes vendrán solos sin necesidad de invertir más tiempo y dinero.
Utilizar la tecnología para ofrecer el mejor servicio o producto. Es fundamental para considerarse startup apoyarse en los recursos tecnológicos y la innovación para lograr un canal de venta online, posicionamiento web, marketing digital y mejora del proceso de producción del producto o servicio.
Común a cualquier tipo de empresa es el establecimiento de los objetivos y plazos. La startup, debe tener muy definidos todos los objetivos que pretende alcanzar a corto, medio y largo plazo.
Planificar el negocio en base a la economía. Es decir, definir claramente el presupuesto necesario para iniciar la empresa y el capital que aportará cada socio.
Como suele ser habitual, las startup necesitan buscar financiación, el crowdfunding, es una de las formas más factibles para el desarrollo de este tipo de emprendimiento.
No hay startup que se precie si no hay equipo. Es necesario contar con un equipo cualificado y preparado para crear la startup. No es necesario un grupo muy numeroso, es más importante la calidad que la cantidad. Es decir, lo ideal es contar con un equipo en el cual cada integrante aporte algo relevante al proyecto.
Sabiendo cuales son los factores y requisitos que debe cumplir una startup, puedes montar una o saber si tu empresa lo es. La nueva Ley de fomento del ecosistema de empresas emergentes, conocida como la Ley de Startup, favorece a este sector y flexibiliza los requisitos necesarios para que las empresas jóvenes se consideren emergentes para acogerse a los beneficios que aporta esta nueva ley.
Desde el pasado mes de diciembre, las empresas no deben superar los cinco años de antigüedad, salvo en sectores como la energía, biotecnología o industria que puede alcanzar los siete. Deben ser independientes de otras empresas y no pueden cotizar en bolsa ni ofrecer dividendos. Su establecimiento debe ser nacional y la plantilla contar con un sesenta por cien de personal contratado en España. El volumen de negocio no puede superar los diez millones de euros y debe contar con un carácter innovador.
Cumpliendo esta serie de requisitos, las startup, pueden beneficiarse esta ley, que apoya especifica y exclusivamente a este sector empresarial. La finalidad de la misma, es facilitar la creación y el desarrollo de empresas emergentes que impulsen el crecimiento económico del país.
Para agilizar los trámites administrativos pertinentes, va a ser establecida una ventanilla única telemática, entre otros aspectos relevantes para este tipo de empresas.
Parece ser que, ser una startup, no es tan complicado y además, empiezan a facilitar la tarea.
