Tras realizar una visita y charlar con los profesionales de Photo Original Gifts respecto la personalización de objetos he sentido la inquietud y la curiosidad por conocer más sobre el mundo de la impresión y la sublimación.
Una de las técnicas más utilizadas para la personalización de artículos es la sublimación. Aunque la palabra suene un poco a estar en terapia con Sigmund Freud, la sublimación es el proceso de transición de una sustancia que se encuentra en estado sólido a gaseoso. Sin pasar previamente por el estado líquido.
Fascinante. Con esta sencilla técnica, se pueden transferir imágenes a gran variedad de objetos desde cerámicos a textiles.
¿Cómo ocurre este proceso?
El proceso es bastante sencillo. Una regla de oro es que todo objeto a sublimar debe estar cubierto por un barniz de poliéster. En el caso de que la sublimación se vaya a realizar sobre textil, este debe contener un alto porcentaje de poliéster para que pueda llevarse a cabo. En tejidos de algodón no se puede realizar la sublimación.
Inicialmente, se hace una impresión en papel de transferencia con tintas especiales. Posteriormente, se pone el papel en el objeto a sublimar y llevándolo a una prensa térmica se realiza el proceso.
La técnica se vale del calor y la presión aplicada al objeto que se quiere sublimar. Mediante un proceso de térmico que combina calor, tiempo y presión, la tinta se libera del papel dejando la imagen en el objeto.
El resultado es una impresión muy duradera que no se va perdiendo con el tiempo. La calidad de la imagen cuenta con una resolución mucho mayor que la ofrecida por las impresoras de inyección de tinta. Estos dos hechos, hacen que la técnica de la sublimación sea de las más utilizadas en la personalización de artículos.
Hacerlo en casa es posible
Seguramente, en más de una ocasión has querido regalar algo personalizado a alguien o incluso hacerlo para ti mismo o misma. Tienes tu parte de artista creativo, eres detallista y te encantan los procesos artesanos. Te gustan las manualidades pero la posibilidad de transferir una imagen a algún tipo de soporte no se te había ocurrido.
Tampoco te habías planteado que en tu propia casa, pudieras llevar a cabo ese proceso que por otro lado, no sabías ni su nombre. Pues bien, puedes sublimar algunas cosas en tu casa. Tratándose de un método puramente artesano, se trata de sublimar cosas sencillas y hechas por ti. Por ejemplo, una taza o un plato con una frase tuya, tu nombre o algún dibujo.
Otra opción puede ser ayudar al pequeño o pequeña de la casa a hacer el regalo para el día de la madre, o simplemente pasar la tarde haciendo algo juntos. En cualquier caso, quieres hacer algo tú, con tus manos.
Lo que vas a necesitar para empezar tu andadura es:
- Una taza o plato blanco de cerámica, asegúrate de que la taza está preparada para el efecto.
- Rotuladores de sublimación.
- Papel de sublimación, de mayor espesor para que absorba la tinta.
- Celo térmico que soporte las altas temperaturas.
- Abrazadera térmica para ejercer presión en la imagen y el objeto que vamos a utilizar.
- El horno de tu cocina.
Ya tienes todo lo necesario. Ahora solo queda ponerse manos a la obra. Empecemos por el principio y como diría Jack el Destripador, “vayamos por partes”.
- Primero coges el objeto a sublimar, la taza, plato o lo que hayas elegido.
- En un papel de sublimación dibujas o escribes con los rotuladores lo que la inspiración te dicte.
- Pon tu obra de arte sobre el objeto de la forma que más te guste y sujétalo bien con el celo térmico.
- Coloca la abrazadera térmica de manera que ejerza presión.
- Mete tu creación en el horno a doscientos cincuenta grados y en diez minutos, listo.
Este es el método casero y artesano. No obstante si de verdad te interesa sublimar objetos y personalizar cosas, puedes hacerte con una prensa de sublimación. Con esta máquina ya puedes sublimar imágenes más complejas como fotografías. Su diseño ya viene preparado para aplicar la presión, el calor y el tiempo necesario para que el proceso de lleve a cabo de forma óptima.
Como se puede observar, se trata de un proceso bastante sencillo, ¿te animas a sublimar tu taza de desayuno?