Ninguna de las personas de este mundo nos esperábamos, antes de llegar la Navidad, lo que iba a ocurrir en nuestra sociedad en estos meses en los que el coronavirus ha dejado parapléjica a nuestra economía. La crisis sanitaria, por todos conocida, va a dar paso a una crisis económica de dimensiones todavía desconocidas y para la que nos tenemos que preparar de la mejor manera posible. Es algo que tenemos que asumir: va a haber una crisis y vamos a necesitar lo mejor de todos y cada uno de nosotros para superarla. Si no, será imposible hacerlo.
Muchos expertos ya han considerado que esta crisis va a ser todavía peor que la que invadió nuestras casas y nuestros países allá por el año 2008. Es más, esos mismos expertos apuntan que esta es la situación más grave en la que nos hemos encontrado desde el final de la Segunda Guerra Mundial. Es decir, la peor en tres cuartos de siglo. Nada más y nada menos. Solo escuchar o leer estas cosas ya nos pone los pelos de punta. Y no cabe la menor duda de que solo con el compromiso de cada uno de los elementos individuales o colectivos que componen esta sociedad podremos superarlo.
Uno de esos elementos individuales o colectivos, según el caso, son las empresas. Se trata de uno de los actores más perjudicados en todo este embrollo que ha supuesto la llegada del COVID-19 a nuestras vidas. Una noticia que fue publicada en el diario El País indicaba que las grandes empresas temen perder el año a causa de la crisis que se va a originar como consecuencia de la llegada de esta pandemia. Y si las grandes empresas están en peligro, imaginaos cómo estarán las pequeñas. La situación no es positiva y todos lo sabemos.
Son muchas las preguntas y las dudas que surgen a causa de todo lo que viene sucediendo en las últimas semanas. Algunas de ellas son reflejadas por otra de las noticias que viene publicando el diario El País desde que comenzó todo esto. Preguntas como si un trabajador que está en cuarentena preventiva está de baja o qué pasa con los trabajadores cuando una empresa simplemente suspende de manera temporal su actividad. Son preguntas que adquieren una nueva dimensión y que necesitan una nueva respuesta ante la situación actual.
Está claro que las empresas españolas, y seguramente buena parte de las empresas del mundo, necesitan nuevas maneras de gestionar la crisis que se avecina como consecuencia de la aparición del coronavirus en las últimas semanas en nuestras respectivas sociedades. Los profesionales de Inforges, una entidad especializada en el asesoramiento en materia empresarial y en el uso de las nuevas tecnologías para ello, tienen una gran cantidad de trabajo en las últimas semanas a causa de esta situación. Y es que son muchas las personas al cargo de empresas de diversos sectores los que han querido obtener su consejo de cara a lo que se avecina.
¿Cuáles son las preguntas más frecuentes de los empresarios en estos momentos?
Son muchas las cuestiones que desean conocer los empresarios para afrontar la vuelta a la realidad cuando pase la pandemia y cuando el problema sea el económico.
- La primera de ellas tiene que ver, en la mayoría de los casos, con las medidas que se deben tomar a corto plazo para evitar la sangría económica que causa la paralización de la actividad.
- Por otro lado, pero no menos importante, se encuentra el hecho de la consecución de financiación y de las mejores y más rápidas maneras de conseguirla.
- Además, un asunto como el de si es útil y necesario pedir financiación aunque se disponga de tesorería también constituye una de las dudas existenciales de muchos emprendedores en el momento que vivimos.
Lo que debe quedar claro en los momentos en los que nos encontramos es que, cuando acabe la pandemia, tendremos que poner toda la carne en el asador para salvaguardar la actividad de los emprendedores, especialmente la de los pequeños, que van a tener problemas y que van a necesitar toda la colaboración de la gente que tienen a su alrededor para salir adelante.
Por otra parte, las empresas encargadas de asesorar a otras entidades van a tener un papel imprescindible en todo esto. Y es que de ellas dependerá el futuro de esas entidades. Por eso, este tipo de asuntos no se puede dejar en manos de cualquiera. Equivocarse en este punto puede ser un error fatal para el futuro de un negocio o una gran compañía. Todo pende de un hilo y es el momento de tomar decisiones. De tomar las decisiones correctas. Estamos en un momento en el que no convienen medias tintas.